Un dia, San Agustín se paseaba por la orilla del mar, dándole vueltas en su cabeza a muchas de las doctrinas sobre la realidad de Dios, una de ellas la doctrina de la Trinidad. De repente alza la vista y ve a un hermoso niño que está jugando en la arena, a la orilla del mar.
Le observa más de cerca y ve que el niño corre hacia el mar, una y otra vez, siempre llenando un cubo con agua de mar y vaciándola en un hoyo. Una y otra vez. Hasta que ya San Agustín, sumido en gran curiosidad, se acerca al niño y le pregunta:
"Oye, niño, ¿qué haces ?"
Y el niño le responde:
"Oye, niño, ¿qué haces ?"
Y el niño le responde:
"Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo".
Entonces, San Agustín le dice:
"Oye, pero, eso es imposible".
Y el niño le responde:
Y el niño le responde:
"Más imposible es hacer lo que tú estas haciendo:
Tratar de comprender, en tu mente pequeña, el Misterio de Dios".
2 comentarios:
sin embargo, saber que no se sabe es casi tan valioso como saber.
No hay mayor peligro que el conocimiento en manos de ignorantes. Jaime Magaña
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